Los 10 hábitos saludables para que pacientes anticoagulados tengan un corazón sano en 2022

En este año 2022 nos planteamos nuevos objetivos a superar, logros, metas y demás. Pongamos en esa lista y como prioridad, ofrecer a nuestra salud lo mejor y para ello, os presentamos 10 hábitos saludables para tener un corazón fuerte, algo imprescindible para las personas anticoaguladas.

1. Dieta mediterránea

Dieta si, pero Dieta mediterránea y poniendo atención a los alimentos ricos en Vitamina K. 

Un alimentación que incluyan los nutrientes adecuados:

  • Hidratos de carbono
  • Proteínas
  • Grasas
  • Vitaminas
  • Minerales

Para ello, lo ideal es seguir la pirámide de la Dieta mediterránea.

Todos estos nutrientes siempre en la proporción que corresponde, no vale prescindir de ellos, pero tampoco abusar. Es importante controlar los niveles de Vitamina K de los alimentos, ya que la Dieta mediterránea aconseja verduras que los pacientes anticoagulados no debemos tomar o moderar su cantidad, en este enlace puedes consultarlos.

2. Ejercicio constante para fortalecer nuestro corazón. 

Los riesgos del sedentarismo son muchos y contribuyen a la aparición de patologías como la hipertensión o la diabetes, además del aumento de los niveles de colesterol o el sobrepeso. Para evitarlo, la recomendación es practicar, como mínimo, 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad intensa. Se trata solo de elegir el deporte o actividad que más disfrutemos y que esté acorde a nuestra edad.

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3. Limitar los alimentos procesados y grasas trans.

Los productos industriales como galletas, bollería industrial, alimentos precocinados, snacks y fritos, helados, cremas y batidos suelen tener grasas trans.

La grasa trans es un tipo de grasa alimentaria. De todas las grasas, la grasa trans es la peor para su salud. Consumir demasiada grasa trans en nuestra alimentación incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y otros padecimientos de salud

En la UE, por ley los productos procesados no pueden tener más de 2 gramos de grasa trans (hacer link a por cada 100 gr. de grasa, conviene limitar su consumo. La razón es que uno de los efectos de los ácidos grasos trans es aumentar los niveles de colesterol total, sobre todo del colesterol LDL (“colesterol malo”), mientras que disminuye el colesterol HDL (colesterol “bueno”).

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4. Controlar la tensión. 

La hipertensión es uno de los factores de riesgo cardiovascular más frecuentes. Tener alta la presión arterial supone una mayor resistencia para el corazón, por lo que este aumenta la masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobre esfuerzo. Y como el incremento de la masa muscular no viene acompañado de un aumento similar del riego sanguíneo, la consecuencia es que puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Otro posible efecto de la hipertensión es que el músculo cardíaco se vuelve más irritable, por lo que hay más probabilidades de que se produzcan arritmias.

De ahí la necesidad de controlar la tensión. En nuestra visita al ambulatorio podemos solicitar que nos la tomen, pero también podemos hacerlo de forma ambulatoria en nuestra propia casa siempre que sepamos realizar la medición de tensión correctamente.

Si le han diagnosticado presión arterial alta, su profesional de la salud quizá se le recomiende uno o más de los siguientes cambios de estilo de vida.

  • Hacer ejercicio con regularidad
  • Mantenga un peso saludable
  • Coma una dieta saludable 
  • Reduzca la sal en su dieta
  • Limitar su consumo de alcohol
  • No fumar
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5. Controlar los niveles de colesterol.

 Para controlar el colesterol lo mejor es hacer ejercicio físico regular y mejorar la dieta aumentando la toma de fruta, verdura, pescado, cereales y legumbres, y aceite de oliva, evitando las grasas. Sin olvidar que cuanto antes empecemos a realizar estas medidas más eficaces serán.

La principal razón de tener bajo control los niveles de colesterol es evitar que se formen placas de ateroma que llevan al estrechamiento de las arterias y pueden obstruirlas, para reducir las placas de ateroma sigue estos consejos:

  • Agrega más grasas buenas a tu dieta. Las grasas buenas también se denominan grasas no saturadas.
  • Reduce las fuentes de grasas saturadas, como la carne grasa y los lácteos.
  • Elimina las fuentes artificiales de grasas trans.
  • Aumenta tu consumo de fibra.
  • Consume menos azúcar.
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6. Dormir las horas recomendadas. 

Diferentes personas necesitan diferentes cantidades de horas de sueño. La mayoría de los adultos necesitan de 7 a 8 horas de sueño por noche para una buena salud y funcionamiento mental. Algunos adultos necesitan hasta 9 horas de sueño por noche.

Un estudio publicado en European Journal of Preventive Cardiology concluye que aquellas personas que, además de llevar unos hábitos de vida saludables, duermen un mínimo de siete horas al día, reducen hasta en un 65% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

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7. Procurar mantener alejado el estrés.

El estrés aparece como factor de riesgo en la Guía Europea de Prevención Cardiovascular porque sufrirlo supone someter al organismo a tensiones que pueden pasar factura a nuestra salud cardíaca. Además, el estrés y la ansiedad pueden conducir a quienes lo padecen a cambiar significativamente sus hábitos de vida por otros menos saludables. Por ejemplo, comer en exceso o ingerir alimentos hipercalóricos, dormir menos, consumir más alcohol o café y hacer menos ejercicio. Por eso es muy importante mantenerlo a raya.

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8. No fumar. 

Fumar aumenta el riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio, que puede ser hasta tres veces mayor que en los no fumadores. Por el contrario, cuando una persona que aún no ha tenido un evento cardiovascular deja de fumar, se reduce el riesgo de padecerlo a la mitad a los 5 años de haber abandonado el tabaco. Es solo una de las razones para dejar de fumar, aunque no la única. El tabaco también empeora nuestro estado de salud general y aumenta las probabilidades de sufrir otras enfermedades.

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9. Limitar el consumo de alcohol. 

Debe evitarse la toma de alcohol en cualquier cantidad cuando se está bajo tratamiento con anticoagulantes, tanto orales como parenterales, ya que puede dar lugar a fenómenos hemorrágicos, especialmente cuando concurre la toma de otros medicamentos.

La ingesta excesiva y brusca de bebidas alcohólicas puede provocar una aceleración del ritmo cardiaco. Pero además, el consumo habitual y elevado de alcohol se asocia al desarrollo de disfunción ventricular (miocardiopatía dilatada, con disminución en la potencia contráctil del corazón) y la aparición de arritmias de todo tipo.

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10. Habla con tu especialista. 

Para prevenir la enfermedad cardiovascular es clave conocer los factores de riesgo y resolver toda clase de dudas respecto a ellos. Por eso es importante plantear a tu médico cualquier duda al respecto. Por ejemplo, mantener conversaciones regulares puede hacer entender mejor a tu especialista los factores importantes y personalizados como paciente anticoagulado.

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Nota importante del artículo: La información contenida en este artículo, tiene solo carácter informativo y en ningún caso sustituye a la que le haya recibido por su médico o reemplaza la consulta médica. En caso de cualquier duda o aclaración, consulte a su médico o especialista.

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