Riesgo fetal en una paciente embarazada y anticoagulada

Tal y como os informábamos en el post anterior vamos a hablar sobre los riesgos fetales que puede tener una paciente anticoagulada embarazada y su feto. Si el embarazo es planificado con antelación con los servicios médicos que disponemos, se puede valorar y minimizar tanto el riesgo fetal como el maternal.

Uno de los riesgos más básicos, es el traspaso de la cardiopatía congénita a los hijos, aunque ésta sea del 0,8% en la población general. Pero algunas de estas transferencias genéticas, suceden con un patrón autosómico dominante, que es cuando se hereda el gen anormal de sólo de uno de los padres, como los síndromes de DiGeorge, de Marfan o de Noonan (miocardiopatía hipertrófica), todas ellas con un riesgo de cesión del 50%. En estos casos es recomendable poder realizar una biopsia coriónica a las 12 semanas de gestación para realizar un diagnóstico prenatal adecuado. Esta prueba se puede desarrollar a través del cuello del útero por vía transcervical o transabdominal.

Otras complicaciones que conlleva, aparte de la complejidad fetal y neonatal, son los siguientes:

  • Demora del crecimiento intrauterino
  • La prematuridad
  • La hemorragia intracraneal
  • La posible pérdida fetal

Según el estudio prospectivo CARPREG, comprobando las incidencias de efectos adversos en los neonatos, se llegó a la conclusión de que el 7% del riesgo era en mujeres embarazadas sin cardiopatías, frente a un 18% que sí que las tenía.

Uno de los riesgos más habituales es el retraso del crecimiento intrauterino, que padecen todas las madres en las que exista alguna limitación al incremento del GC (gasto cardiaco), con restricción del flujo placentario. Para ello, la biometría del feto está justificada en mujeres con factor de riesgo, con hipertensión durante el embarazo, o aquellas que estén en tratamiento de bloqueadores beta para tratar los problemas cardíacos y la presión arterial alta.

Se recomienda que en mujeres gestantes con cardiopatías, puedan realizarse las siguientes pruebas, siempre que nuestro médico lo crea necesario, ya que todas éstas tienen sus riesgos.
A las 12 semanas una biopsia coriónica.

A las 13 semanas un monitorización que incluya el grosor nucal (la incidencia de cardiopatías congénitas es de 1/1.000 siendo el grosor nucal normal).
Entre las semanas 14-16 la ecocardiografía fetal, y repetirla en la semana 20, siempre y cuando sea necesario, y se diagnostique cardiopatías congénitas graves.
En resumen, todos estos riesgos y pruebas médicas que os informamos, deben de ser utilizados como una guía orientativa, y en ningún caso reemplaza la información o diagnóstico de nuestro médico.

Fuente: http://www.revespcardiol.org/es/embarazo-cardiopatia/articulo/13092801/

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