Control del tratamiento anticoagulante ¿Por qué debo controlarme?

Debo controlarme periódicamente por varias razones importantes:

La protección frente a los trombos y embolias no es total, pero se disminuye mucho el riesgo si se controla adecuadamente.

Porque el beneficio que la medicación proporciona, es a costa de un pequeño riesgo hemorrágico el cual disminuye con el cumplimiento de los controles periódicos.

“Experiencia en una clínica de pacientes anticoagulados” ,trabajo presentado en el XX Congreso del Grupo Cooperativo Latinoamericano de Hemostasia y Trombosis y VIII Congreso del Grupo Cooperativo Argentino de Hemostasia y Trombosis 

La medicación anticoagulante alarga el tiempo que la sangre tarda en coagularse interfiriendo con la acción que la vitamina K tiene en la coagulación y así dificulta el que se puedan formar trombos o embolias. Para que la protección sea la adecuada debemos conseguir un tiempo determinado ya que si lo alargamos poco la protección será insuficiente y si lo largamos demasiado estará bien protegido de los trombos pero con un riesgo excesivo de sangrar.

La única forma de saber si su sangre tarda el tiempo adecuado en coagularse para una correcta protección es realizar un análisis de sangre (control) y dependiendo
del resultado aumentar o disminuir la dosis a tomar.

La dosis que se le administra es personal,e individualizada para cada paciente, por lo que no tiene ningún sentido comparar con la que toman otros individuos. Será en cada caso la más adecuada para conseguir un tiempo de coagulación idóneo y no tiene nada que ver la cantidad de anticoagulante que usted necesite con estar más o menos enfermo.

El control adecuado de la medicación puede verse interferido por diversas situaciones clínicas (enfermedades), hábitos dietéticos y medicaciones por lo que es aconsejable que cumpla estrictamente con las fechas de control programadas por su médico.

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