Los anticoagulantes orales tienen el objetivo de retrasar la coagulación de la sangre con el fin de evitar trombos. La vitamina K de la dieta puede interferir en la eficacia del tratamiento, tanto por exceso como por defecto, por lo que es conveniente tener en cuenta algunas recomendaciones dietéticas:
- Evitar las modificaciones drásticas en la dieta habitual.
- Avisar al médico y realizar controles de anticoagulación en caso de presentarse problemas digestivos (diarrea, vómitos,..) que impidan comer normalmente.
- Tomar dos raciones de verduras y hortalizas al día, una de ellas cruda, teniendo en cuenta que las verduras de hoja verde y las hortalizas de color amarillo oscuro tienen altas concentraciones de vitamina K y deben ser controladas.
- Los alimentos de origen animal pueden ser ingeridos sin preocupación ya que no suelen tener cantidades apreciables de vitamina K (excepto el hígado).
- A pesar de lo anterior, hay que evitar alimentos muy grasos (mantequilla, tocino, bollería industrial, embutidos, quesos, nata…) ya que pueden contener formas de vitamina K no recomendables para la salud cardiovascular.
- Es conveniente priorizar la ingesta de pescado a la carne.
- El aceite de oliva virgen es el más saludable: con 4 o 6 cucharadas al día se obtiene el aporte de vitamina K necesario.
- Los alimentos elaborados con aceites vegetales hidrogenados contienen una forma de vitamina K perjudicial para el control de anticoagulación, además de aumentar el colesterol “malo”. Hay que fijarse en el etiquetado de los alimentos.
- Es muy importante tomar, al menos, tres piezas de fruta al día (excepto kiwi y similares) y unos 30 gr de frutos secos una o dos veces por semana.
- Incorporar a la dieta diaria alimentos del grupo cereales y derivados (pan, arroz, pasta..), preferentemente integrales, y patatas o similares. También tomar legumbres de dos a tres veces por semana. Estos alimentos no concentran cantidades importantes de vitamina K.
- Un consumo elevado de alcohol puede aumentar el efecto de los anticoagulantes, además de tener otros efectos negativos para la salud. Puede tomar cantidades moderadas de vino o cerveza (un vaso al día las mujeres y hasta dos los hombres)
- Los antibióticos pueden afectar las pruebas de coagulación. Consulte siempre a su médico antes de tomarlos.
- Una importante fuente de vitamina k son los suplementos de vitaminas, productos “naturales” o de herboristería y en algunos casos puede ser la causa de no alcanzar un control adecuado. Si se consumen estos productos, hay que comentarlo con el médico.
- Tomar la medicación anticoagulante todos los días a la misma hora, preferentemente media hora antes de la ingesta de alimentos. No combinar con antiácidos.
FUENTE: Documento Elaborado por: Gabriel Olveira Fuster y Rosario Vallejo Lima (Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario Carlos Haya, Málaga ).SEEN (ver fichero de origen)