Más de un millón de personas toman anticoagulantes en nuestro país. Para dar visibilidad a las necesidades sanitarias y sociales de estas personas, cada 18 de noviembre las asociaciones de pacientes conmemoran el Día Nacional del Paciente Anticoagulado.

La mayoria de pacientes anticoagulados son personas mayores y con enfermedades cardiovasculares, un perfil muy vulnerable ante la COVID-19. Tenemos un enemigo invisible que convive con nosotros y del que debemos protegernos sin dejar de cuidar de nuestra enfermedad cada día. Y por eso, también somos héroes.
Descubre cómo puedes ser un verdadero héroe o una verdadera heroina en el cuidado de tu salud.
Protégete ante la COVID-19 con responsabilidad: Sigue estrictamente las indicaciones de las autoridades sanitarias: usa la mascarilla al salir de casa, lávate las manos con frecuencia y mantén la distancia social.

Sigue estrictamente tu tratamiento anticoagulante: Los anticoagulantes te salvan la vida, evitando que sufras un ictus o una trombosis. Es muy importante tomar el tratamiento cada día a la misma hora y consultar cualquier duda con el medico.

Cuida tu alimentación a pesar de haber cambiado tus rutinas: Aunque pasemos más tiempo en casa, debemos seguir cuidando nuestra alimentación para mantener a raya los factores de riesgo cardiovascular y el tratamiento anticoagulante.

Practica ejercicio físico, aunque sea en casa: Si no puedes salir a pasear al menos 30 minutos al día, practica ejercicio físico en casa: caminar por casa, una bicicleta estática o una cinta de caminar son buenas opciones. También puedes pedirle a tu médico una tabla de ejercicios.

Acude a tus revisiones y controles siguiendo las directrices de tu medico: Como paciente anticoagulado debes seguir acudiendo a tus visitas de seguimiento y controles de tratamiento, a pesar de la COVID-19 y la sobrecarga assistencial que ha generado. En todo caso, será el médico quien te indique si hay alguna alternativa para tu caso.

Identifica los signos de alarma y actúa sobre ellos: Tomar anticoagulantes nos protege ante el riesgo de ictus, pero conlleva un pequeño riesgo de sangrado. Mantente alerta a los signos de alarma (un sangrado que no cesa, un golpe fuerte en la cabeza,…) que te obligarían a acudir a urgencias. Si crees que estás sufriendo un ictus, llama al 112 para que se active el código ictus.

Afronta la situación y comparte tus emociones: Puede que a veces sientas soledad, miedo o preocupación por la situación social y sanitaria que vivimos. Son emociones normales que podemos minimitzar manteniendo el contacto con nuestro entorno más cercano, aunque sea telefónicamente o con videollamadas. Si la situación te sobrepasa, compártelo con tu médico para que te pueda ayudar.
