La fruta fresca es uno de los componentes básicos de cualquier dieta saludable por su contenido en potasio, fibra o antioxidantes – entre otras sustancias beneficiosas para el sistema cardiovascular- además de ser baja en sodio y calorías.
Ahora, una investigación publicada en la revista ‘The New England Journal of Medicine’ ha concluido que consumir 11 gramos de fruta al día se asocia a una reducción de hasta un 33% de riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular, especialmente por infarto de miocardio o por un ictus.
No obstante, hay que tener en cuenta que, según Liming Li de la Academia de Ciencias Médicas de China en Pekín y coautor del estudio, la muerte prematura en China tiene entre sus causas principales el bajo consumo de fruta mientras que su consumo es más habitual en occidente. Este hecho sumado a que la fruta consumida en el país asiático es fresca y en occidente mayoritariamente no lo es, podría hacer que los resultados fuesen ligeramente inferiores, aunque los beneficios del consumo seguirían siendo notables en la reducción del riesgo de mortalidad.