El tratamiento con anticoagulantes orales (TAO) ha supuesto una mejora notable en el pronóstico de multitud de patologías. La sensibilidad a los anticoagulantes varía según los individuos y se hace imprescindible la realización de pruebas de coagulación para adaptar constantemente la dosificación según los resultados obtenidos. La forma de controlar el nivel de anticoagulación del paciente es a través del tiempo de protrombina; para evitar diferencias entre los distintos sistemas de medición del tiempo de protrombina y así poder estandarizar el control del TAO se introdujo el INR (International Normalized Ratio).
Desde hace años este control se viene realizando en muchos centros de atención primaria con la ayuda de dispositivos portátiles de determinación de INR en sangre capilar. En varios estudios europeos, incluidos algunos realizados en España, se comienza a plantear el autocontrol con, hasta ahora, buenos resultados. Estas perspectivas nos llevan a plantearnos seriamente la posibilidad de enseñar a determinados grupos de pacientes a controlar domiciliariamente su TAO, lo cual mejorará su calidad de vida.
¿Serían capaces algunos pacientes seleccionados en atención primaria de realizar un autocontrol domiciliario de su TAO?
Para responder a esta pregunta, se realizó un estudio casi-experimental en el que se evaluó la eficacia de una intervención en forma de educación para la salud en un grupo de pacientes anticoagulados que realizó un autocontrol domiciliario de su TAO, comparándola con la de otro grupo similar que realizó su control de TAO de forma convencional. El estudio se realizó en un centro de atención primaria de la Comunidad de Madrid entre 2009 y 2010.
Los criterios de inclusión fueron:
- Edad superior a 18 años e inferior a 70
- Independientes para las actividades basales de la vida diaria
- Más de tres meses en TAO
- Con una patología cuya duración del tratamiento prevista sea más de 6 meses desde la fecha de inclusión en el estudio.
Se seleccionaron aleatoriamente a 40 pacientes. Se distribuyeron 20 pacientes en grupo experimental (autocontrol domiciliario del TAO) y los otros 20 al grupo control (control convencional del TAO).
Los 20 pacientes del grupo de intervención realizaron un programa formativo previo que incluía una sesión individual para aprender a utilizar el monitor portátil. Las sesiones incluían situaciones prácticas que debían resolver satisfactoriamente. A cada paciente de este grupo se facilitaba durante 6 meses un monitor portátil con el que realizaba sus determinaciones de INR con una frecuencia quincenal; además debía ajustar sus dosis de acenocumarol para mantener su TAO en los niveles adecuados. Cada paciente anotaba todos los resultados de sus INR en un cuaderno individual de recogida de datos, así como las dosis de acenocumarol o cualquier incidencia que quisieran hacer constar. Al final del estudio los pacientes de ambos grupos rellenaban un cuestionario de calidad de vida. El grupo de pacientes en autocontrol obtuvo resultados significativamente mejores en cuanto a la mejora de su calidad de vida, especialmente en las áreas satisfacción y autoeficacia.
Debido al escaso número de pacientes (38), la corta duración del estudio (6-8 meses) y al tratarse de un estudio pequeño, en un centro de salud únicamente, se ha pretendido que sirva como experiencia piloto que dé pie a otros estudios más ambiciosos, costosos, multicéntricos y con una población evaluada más amplia, que demuestren la capacidad de los pacientes seguidos en atención primaria de controlar y ajustar su TAO en función de una habilidad adquirida con la educación para la salud facilitada en su centro de salud.
Fuente: Revista de Medicina General y de Familia
Referencia: De Felipe Medina R, Cáceres Cortés C, Jiménez Merino MR, Alonso Arizcun B, Luna Álvarez R. Estudio comparativo del autocontrol domiciliario frente al control convencional de pacientes anticoagulados seguidos en un centro de atención primaria. Med Gen y Fam (digital) 2013; 2(6):176-183.